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lunes, 27 de junio de 2016

LOS CAZADORES DE RATAS - Horacio Quiroga






Una siesta de invierno, las víboras de cascabel, que dormían extendidas sobre la greda, se arrollaron bruscamente al oír insólito ruido. Como la vista no es su agudeza particular, las víboras mantuviéronse inmóviles, mientras prestaban oído.
-Es el ruido que hacían aquéllos...-murmuró la hembra.
-Sí, son voces de hombres; son hombres -afirmó el macho.
Y pasando una por encima de la otra se retiraron veinte metros. Desde allí miraron. Un hombre alto y rubio y una mujer rubia y gruesa se habían acercado y hablaban observando los alrededores. Luego, el hombre midió el suelo a grandes pasos, en tanto que la mujer clavaba estacas en los extremos de cada recta. Conversaron después, señalándose mutuamente distintos lugares, y por fin se alejaron.
-Van a vivir aquí -dijeron las víboras-. Tendremos que irnos.
En efecto, al día siguiente llegaron los colonos con un hijo de tres años y una carreta en que había catres, cajones, herramientas sueltas y gallinas atadas a la baranda. Instalaron la carpa, y durante semanas trabajaron todo el día. La mujer interrumpíase para cocinar, y el hijo, un osezno blanco, gordo y rubio, ensayaba de un lado a otro su infantil marcha de pato.
Tal fue el esfuerzo de la gente aquella, que al cabo de un mes tenían pozo, gallinero y rancho prontos. -aunque a éste le faltaban aún las puertas. Después, el hombre ausentose por todo un día, volviendo al siguiente con ocho bueyes, y la chacra comenzó.
Las víboras, entretanto, no se decidían a irse de su paraje natal. Solían llegar hasta la linde del pasto carpido, y desde allí miraban la faena del matrimonio. Un atardecer en que la familia entera había ido a la chacra, las víboras, animadas por el silencio, se aventuraron a cruzar el peligroso páramo y entraron en el rancho. Recorriéndolo, con cauta curiosidad, restregando su piel áspera contra las paredes.
Pero allí había ratas; y desde entonces tomaron cariño a la casa. Llegaban todas las tardes hasta el límite del patio y esperaban atentas a que aquella quedara sola. Raras veces tenían esa dicha. Y a más, debían precaverse de las gallinas con pollos, cuyos gritos, si las veían, delatarían su presencia.
De este modo, un crepúsculo en que la larga espera habíalas distraído, fueron descubiertas por una gallineta, que, después de mantener un rato el pico extendido, huyó a toda ala abierta, gritando. Sus compañeras comprendieron el peligro sin ver, y la imitaron.
El hombre, que volvía del pozo con un balde, se detuvo al oír los gritos. Miró un momento, y dejando el balde en el suelo se encaminó al paraje sospechoso. Al sentir su aproximación, las víboras quisieron huir, pero únicamente una tuvo el tiempo necesario, y el colono halló sólo al macho. El hombre echó una rápida ojeada alrededor, buscando un arma y llamó -los ojos fijos en el gran rollo oscuro:
-¡Hilda! ¡Alcanzáme la azada, ligero! ¡Es una serpiente de cascabel!
La mujer corrió y entregó ansiosa la herramienta a su marido.
Tiraron luego lejos, más allá del gallinero, el cuerpo muerto, y la hembra lo halló por casualidad al otro día. Cruzó y recruzó cien veces por encima de él, y se alejó al fin, yendo a instalarse como siempre en la linde del pasto, esperando pacientemente a que la casa quedara sola.

La siesta calcinaba el paisaje en silencio; la víbora había cerrado los ojos amodorrada, cuando de pronto se replegó vivamente: acababa de ser descubierta de nuevo por las gallinetas, que quedaron esta vez girando en torno suyo, gritando todas a contratiempo. La víbora mantúvose quieta, prestando oído. Sintió al rato ruido de pasos - la  Muerte.  Creyó no tener tiempo de huir, y se aprestó con toda su energía vital a defenderse.
En la casa dormían todos, menos el chico. Al oír los gritos de las gallinetas, apareció en la puerta, y el sol quemante le hizo cerrar los ojos. Titubeó un instante, perezoso, y al fin se dirigió con su marcha de pato a ver a sus amigas las gallinetas. En la mitad del camino se detuvo, indeciso de nuevo, evitando el sol con el brazo. Pero las gallinetas continuaban en girante alarma, y el osezno rubio avanzó.
De pronto lanzó un grito y cayó sentado. La víbora, presta de nuevo a defender su vida, deslizóse dos metros y se replegó. Vio a la madre en enaguas correr hacia su hijo, levantarlo y gritar aterrada.
-¡Otto, Otto! ¡Lo ha picado una víbora!
Vio llegar al hombre, pálido, y lo vio llevar en sus brazos a la criatura atontada. Oyó la carrera de la mujer al pozo, sus voces. Y al rato, después de una pausa, su alarido desgarrador:
-¡Hijo mío...!

Nota: Horacio Quiroga nació en Salto, República Oriental del Uruguay. Sin embargo, por sus muchos años de residencia argentina, por haber publicado casi todos sus libros en Buenos Aires y por el ambiente y los temas de sus obras, puede legítimamente ser considerado escritor argentino.

Fuente: QUIROGA, HORACIO, Anaconda. El salvaje. Pasado amor. Buenos Aires, Sur, 1960 (págs. 173-174)


1- Indica introducción, nudo y desenlace.

2- ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? Qué punto de vista adquiere el narrador.
3- ¿Qué clase de cuento es?
4- Describe a los personajes.
5- Expresa tu opinión personal acerca de la conclusión del cuento.

UN CUENTO

EL PESCADO QUE SE AHOGÓ EN EL AGUA 
 Arturo Jauretche



El arroyo de La Cruz había crecido por demás y bajando dejó algunos charcos en la orilla. Por la orilla iba precisamente el comisario de Tero Pelado, al tranquito de su caballo. Era Gumersindo Zapata, a quien no le gustaba mirar de frente y por eso siempre iba rastrillando el suelo con los ojos. Así, rastrillando, vio algo que se movía en un charquito y se apeó. Era una tararira, ese pez redondo, dientudo y espinoso, tan corsario que no deja vivir a otros. Vaya a saber por qué afinidad, Gumersindo les tenía simpatía a las tarariras, de manera que se agachó y alzó a la que estaba en el charco. Montó a caballo, de un galope se llegó a la comisaría, y se hizo traer el tacho donde le lavaba los "pieses" los domingos. Lo llenó de agua y echó dentro a la tararira.
El tiempo fue pasando y Gumersindo cuidaba todos los días de sacar el "pescado" del agua, primero un rato, después una hora o dos, después más tiempo aún. La fue criando guacha y le fue enseñando a respirar y a comer como cristiano. ¡Y tragaba la tararira! Como un cristiano de la policía. El aire de Tero Pelado es bueno y la carne también, y así la tararira, criada como cordero guacho, se fue poniendo grande y fuerte.
Después ya no hacía falta ponerla en el agua y aprendió a andar por la comisaría, a cebar mate, a tener despierto al imaginaria, y hasta a escribir prontuarios. [...].
Gumersindo Zapata la sabía sacar de paseo, en ancas, a la caida de la tarde.
Ésa fue la desgracia.
Porque en una ocasión, cuando iban cruzando el puente sobre el arroyo de La Cruz, la pobrecita tararira se resbaló del anca, y se cayó al agua.
Y es claro. Se ahogó.
Que es lo que les pasa a todos los pescados que, dedicados a otra cosa que ser pescados, olvidan que tienen que ser eso: buenos pescados.[...].

Fuente: JAURETCHE, ARTURO, Filo, contrafilo y punta. Buenos Aires, Juárez, 2a ed. 1969 (págs. 77-79)

1- Señala la introducción, el nudo y el desenlace.
2- Describe a los personajes de este cuento.
3- Transcribe al menos dos ejemplos de personificación.
4- Según el relato: ¿Cuál fue la desgracia del cuento?
5- Explica que quiere decir: “Que es lo que les pasa a todos los pescados que, dedicados a otra cosa que ser pescados, olvidan que tienen que ser eso: buenos pescados.”

miércoles, 15 de junio de 2016

Un poema: La Rosa

La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.
Jorge Luis Borges; Argentina (1899 – 1986).
 Son muchos los poemas y textos de Jorge Luis Borges que recrean el universo platónico. Borges piensa a menudo en la realidad de un mundo no contaminado por el cambio y la apariencia, un mundo de ideas que se mantienen invulnerable al paso del tiempo y de la historia. Es el caso de esta rosa del poema borgiano, rosa platónica que no se marchita, inalcanzable, que se muestra mejor en el poema que en mundo de las apariencias. 
Actividades
1- Buscá la biografía de Jorge Luis Borges
2- Ludovico Ariosto, escritor del Renacimiento (1474- 1533) escribió el poema épico "Orlando enamorado" Buscalo y luego:
a- ¿Qué relación encontrás entre este poema y el del poeta italiano?
b- ¿Qué relación encontrás entre estas dos obras y "Don Quijote de la Mancha?
c- Buscá la definición de "platónico" y relacionalo con la intención de este poema.
d- Averiguá quién era Platón y qué es la "Teoría de dos mundos" de él.
Más recursos de poesía en el link:

jueves, 2 de junio de 2016

MAPAS DE LA CIUDAD

COMUNAS


BARRIOS



Actividad: 

1- Completá:

Mi barrio es_____________________
Pertenece a la ccomuna_____________
El barrio de la escuela es____________
Pertenece a la comuna_______________

2- Buscá en el mapa de la Ciudad de buenos Aires y escribí el nombre de los 48 barrios de la Capital Federal y a qué comuna pertenecen. (En total son 15 comunas)

Patrimonio Cultural de la Argentina

1-Seguí el link para realizar la visita virtual al Monumento a la Bandera

http://monumentoalabandera.gob.ar/tourvirtual/

2- Leé la información sobre el edificio de la Legislatura porteña
http://www.legislatura.gov.ar/palacio.php

3- ¿Qué diferencias y similitudes encontrás entre estas construcciones?

4- Averiguá el significado de los siguientes términos:

                  Art Decó- Brutalismo

5- Otros edificios importantes para visitar:
Biblioteca Nacional
http://www.bn.gov.ar/arquitectura

Congreso de la Nación
http://www.arcondebuenosaires.com.ar/congreso_de_la_nacion.htm

Casa Rosada
http://construirtv.com/la-historia-de-la-construccion-de-la-casa-rosada/